sábado, 18 de abril de 2015

Cuando éramos felices...

Cuando éramos felices... en ese tiempo en el que nuestra mayor preocupación eran los monstruos que se albergaban debajo de tu cama y las extrañas sombras que había al final del larguísimo pasillo al hacerse de noche...

Ese tiempo en el que dominábamos el arte de la invisibilidad simplemente tapándonos la cara con las dos manos. Ese tiempo en el que podíamos pasar de spiderman a superman o batman, o ser todos a la vez. Ese tiempo en el que los coches volaban por carreteras imaginarias y daban grandísimos saltos, y en el que los aviones con sus alas eran un buen instrumento para cavar en la tierra. En el que cualquier palo podía ser desde una espada, varita mágica, cuchara, tenedor, bastón, lanza, flecha, tu mejor amigo, o simplemente un palo. Un tiempo en el que conseguíamos premios y éramos unos campeones, por no salirnos de la rayita.


Un tiempo en el que todo era una grandísima aventura, y debajo de cada mesa un mundo o cueva por explorar. Un tiempo en el que desconocíamos el riesgo o el vértigo, y confiábamos en que mamá o papá siempre iban a salvarnos en caso de apuro. Ese tiempo en el que el chupachups era siempre demasiado grande. Ese tiempo en el que existían en este mundo solo tres cosas: 1º las que eran caca, 2º Las que eran pupa, 3º el resto. Ese tiempo en el que decíamos “cuando era pequeño”, refiriéndonos a antes de ayer.
Un tiempo en el que el mismo tiempo era y pasaba de forma distinta sin pensar nunca en un ayer o en un mañana…

Rafael Mendías



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